domingo, 28 de junio de 2009

[HOJA CON FECHA]

Él me miró, me interrogó. Yo secaba mi cara. Se sentó a mi lado para escucharme. Yo callé. La habitación fría congelaba mis pies. Me habló del verano, de los papeles perdidos en la playa. Citó las estrellas. Buscó una mirada. Me di vuelta. Él esperaba mi respuesta, yo la había perdido. "¿Y las promesas?". Acarició mi hombro hasta encontrarse con mi cara. "Se fueron al dejar la puerta abierta". Él se levantó, cerró la ventana. Me extendí sobre la cama. "¿Ya no existen?... Estoy perdido". Se acostó a mi lado y cerró los ojos. Lo abracé fuerte, mordiendo mis labios hasta sentir dolor.

Él siempre criticaba mis actos, pensé, reclamaba mis palabras y cuando las oía acercarse, las inhibía advirtiendo posibles heridas. Entonces callé por última vez, no eran necesarias más críticas para entender que un final nos invadía.



No hay comentarios:

Publicar un comentario