lunes, 3 de agosto de 2009

DE DOMINGO A LUNES

Lo que espero del lunes es la claridad, y de su claridad, el cielo. Del cielo, lo infinito, y de lo infinito, lo inalcanzable. Lo inalcanzable es encontrar una risa en el domingo.
Por eso desarmo rompecabezas ese día, y espero otro sol en mi ventana para volver a acomodar sus piezas.

El juego comienza en la claridad de un lunes y se apaga en la soledad de un domingo por la tarde con resaca.

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