Lo que espero del lunes es la claridad, y de su claridad, el cielo. Del cielo, lo infinito, y de lo infinito, lo inalcanzable. Lo inalcanzable es encontrar una risa en el domingo.
Por eso desarmo rompecabezas ese día, y espero otro sol en mi ventana para volver a acomodar sus piezas.
El juego comienza en la claridad de un lunes y se apaga en la soledad de un domingo por la tarde con resaca.
Por eso desarmo rompecabezas ese día, y espero otro sol en mi ventana para volver a acomodar sus piezas.
El juego comienza en la claridad de un lunes y se apaga en la soledad de un domingo por la tarde con resaca.
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