ROMPECABEZAS

No puede ser tan difícil. Sólo debo organizar algunas piezas, algunas fechas...
Los sentimientos se mezclan, los bordes no concuerdan. Siento que acá falta algo, hay un espacio vacío.
Algo que no dije para no recordar. Algún sentido, una mirada... Una lágrima en la noche o una sonrisa debajo de la almohada.
No sé bien dónde quedó todo eso... La caja está vacía y yo intento armar a partir de lo que tengo. Pero ya no se cómo hacerlo... Había olvidado las omisiones, los ojos cerrados esperando no volver a sentir.
¿Por qué no advertí ese caos mental que se traslada a mis espacios? ¿Por qué no recordé el desorden que prevalece en mí desde la infancia, los juegos incompletos, las fichas perdidas?. Tal vez ya sea demasiado tarde para intentar armar desde acá.
Olvidos y miedos. Vuelvo a hundirme en las profundidades de los relatos que traducen mis cuadernos, aún sabiendo que hay piezas que preferí perder o regalar. Entonces las creo. Dibujo un papel con esa lapicera que me ayudará a completar los espacios que desaparecieron del presente y que vuelven como ráfagas, como susurros incesantes.