
Para no verme atrapada
evito caer en tus brazos.
Aunque se,
que aún cayendo,
no podrías lastimarme





El muro siempre cae
pero nunca deja de quebrarse.
Vi una herida sanar
y no era de nadie
ni mía.
Tampoco ajena.





Tu grito que nadie escucha
advierte el peligro
al que me entrego siempre,
al que quiebro siempre.





Da vuelta sus ojos
para ya no verte,
da vuelta la almohada,
pero en los sueños
siempre encuentra.





Todas las sogas
que alguna vez arrojó
para rescatarte,
hoy se anudan
a tu cuello
hasta asfixiarte,
hasta morir de voz..
en vos.





Quise cantar las voces
de la soledad,
pero me quedé muda
en el despertar
de tanta gente.





El océano,
siempre tan lejano,
nunca deja de ahogarme.

me encanta lo que escribis.
ResponderEliminarchau