En un espacio desconocido, en un tiempo que no es éste, alguien sonríe. En dos brazos que aún luchan, se refugia el futuro anhelado. Nadie ve mi presencia, solo una sombra. Nadie pudo esperar de mí, algo tan inexplicable como el nacimiento que ya había comenzado hacía varios segundos, es decir, varias horas. (El poder del espíritu en reposo)
lunes, 9 de marzo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario