sábado, 2 de mayo de 2009

NÉLIDA

A Nélida Haydee Castillo (y a Simón)


Era la primavera vestida de rosa, con la frescura del océano y la fuerza de un amanecer.
Era la palabra justa, la voz de aliento, la persona indicada en cualquier lugar, en cualquier momento. Era una casa llena de mariposas, donde ella era la única y su alrededor era magia.
Ella reía, para ver su reflejo en el mundo y caminaba para regalar sonrisas, con la promesa de quebrar todas las barreras, mostrando sus dientes frente a cualquier adversidad.
Un día se fue y con ella se fue todo, y sin ella quedó tanto... Pobló de significados las avenidas y derribó los odios convirtiéndolos en uniones eternas.
Desde su ausencia siguió creando, así logró que todas las negativas se conviertan en situaciones posibles.
Ella habló, dio la mano, entregó sus cartas y entonces supo que había terminado de armar sus valijas. Luego la tranquilidad pobló su habitación... la mariposa desplegó sus alas y se marchó. Así logró Nélida eternizar toda su belleza.





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