Le dije que se aleje
con expresiones
sin rebeldía.
Le pedí
que se aparte
y que viva,
que no corra
y sí juegue...
que salte
y no caiga,
tampoco tropiece.
Le pedí tantas palabras,
sin poder yo comprenderlas...
Le rogué
cierta esperanza,
hasta oír el silencio,
los pasos donde ya
no estaba.
Entonces lloré
hasta dormirme
para poder olvidar
que dejaba ir
la sombra
del hombre amado.
miércoles, 7 de octubre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario