Se van de mí las voces, todas esas palabras que pude haber dicho pero no quisiste escuchar. Miento. Hablo de vos naturalmente cuando debería nombrarme y explicar todo lo que soy en relación a lo que perdí.
Hablar de la reina ahogada en la profundidad serena que alguna vez fue espacio-plural y hoy es agua embarrada que cubre mi boca mientras no me canso de ignorar el modo de respirarte. Debe ser que en algún punto necesito estar así, sino hablaría de vos, pero los horizontes cegaron una mirada y no puedo nombrarte sabiendo que fui yo la que dejó la última ventana abierta por donde se escapó la casa. Es decir que nos permitimos olvidar el atardecer hasta perder de vista sus variaciones de rosas y sus promesas que evocaban utopías.
Me pregunto por qué digo todo esto, si yo no me olvidé las palabras que escribí. Miento, en realidad exagero. Mis promesas no mienten, los papeles escritos mantienen mi nombre y el del futuro que a la distancia parece ser parte de un estado imperfecto que aún extraño.
amé tu blog, es hermoso. Todo, las fotos, los textos, la música.. todo.
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